Hoy, le traemos un emotivo testimonio de nuestro amigo Daniel Fernández López, donde nos cuenta como conoció a la Esperanza de Triana y que significa para el y su madre.
Así, conocí, a la Esperanza de Triana
Domingo de Ramos, Sevilla.
Siendo un niño que aún jugaba en la plaza del Salvador. Mi madre, tenía la buena costumbre de que ese día señalado en Sevilla, fuera especial, ya que visitaba a la Esperanza.
Yo aún no estaba metido en este mundo cofrade y veía una o dos hermandades ese día. (La Paz y la Estrella).
Al ser pequeño, me iba con mis padres, y no se porque, pero en la primera parada me llevaban a Triana. Podréis pensar, claro, te llevan a ver el misterio del «penas» en el Altozano o a su madre por el puente. Pero el destino (o la suerte) me llevo a otro lugar desconocido para mi.
Mi madre iba cargada con dos ramos de flores (seguía sin saber para quienes eran).
Era una calle larga, con gente, de arriba a bajo, bien engalanada (Sevilla nunca falla) y llegamos al punto medio.
Allí estaba, una capilla, única,chica…no sabía que era la casa de Ella.
Entre por primera vez, y siendo tan pequeño, me enamoré. Sus ojos me miraron, y yo a los suyos.
La conexión fue tal que no pude reprimir las lágrimas. No sabía que me pasaba, no sabía quién era esa mujer y porque me había traído mi madre ante ella.
Le pregunté a mi madre como se llamaba, ella me respondió; «se llama como yo, Esperanza».
¿Porque la visitas? ¿Sale hoy? Pregunté inocente, sin saber aún los horarios de todas las cofradías sevillanas.
-No, no sale hoy cariño. Vengo a verla porque es un día especial y para ofrecerla a ella y su hijo estas flores.
No entendía nada…
Vivimos en el barrio torero de San Bernardo. Mi madre, podría haber llevado esas flores a sus «vecinos», mi otra hermandad.
Entonces me lo dijo, me respondió claramente;
-Daniel, le traigo flores a ella porque mi madre, le pidió para que naciera sana, (mi tío murió siendo un niño pequeño), y aquí estoy, ahora contigo de la mano, para que la conozcas, y aprecies también como el Señor cae tres veces, pero se levantó por nosotros, por mi y por ti.
Desde ese día floreció algo en mi… algo nuevo… era un hijo más, un hijo más de la Esperanza.
Ya sé porque mi madre tiene este precioso nombre.