Hermandad de Pasión.
Historia.
En la primera mitad del siglo XVI se fundó en el convento de la Merced la Hermandad de los Martirios y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. A mediados de aquel siglo cambió su título por el de Hermandad de la Sagrada Pasión de Nuestro Redentor Jesucristo, a semejanza de una cofradía fundada en la iglesia de Santiago de Valladolid en 1531 y a la cual se encontraba unida.
En 1535 Francisco de Xerez obtuvo la sala capitular del convento para su uso como capilla de enterramiento familiar. En 1578 Francisca de Pineda, su viuda, entregó esta capilla a la hermandad, que le pagó 200 ducados. La hermandad se instaló en la capilla en 1579, obligándose a pagar 1000 maravedís anuales a los mercedarios y a reservarles un sitio en la procesión del Jueves Santo. Sus primeras reglas datan de 1598. Aunque se conoce con certeza su presencia en la estación de penitencia por lo menos desde principios del XVII -al igual que el Cirineo- es en las reglas de 1808 cuando aparece el testimonio más antiguo de la denominación de Virgen de la Merced.
En 1810 la invasión francesa de Sevilla trajo consigo la ocupación del convento y la pérdida de las joyas, pasos y otros enseres de la hermandad, así como de numerosos documentos de la misma.
La hermandad se reorganizó en 1818, regresando al convento de la Merced. Volvió a procesionar en 1842.
En 1868 se fusionó con la Hermandad Sacramental, de Ánimas Benditas y del Rosario de la iglesia de San Miguel, aunque ese templo fue derribado ese mismo año por el régimen surgido de la Revolución de 1868.
En 1868 la hermandad se trasladó a la iglesia del Salvador, situando sus imágenes en altares de la nave de la epístola. En 1918 se fusionó con la Archicofradía Sacramental del Salvador, de ese mismo templo por lo que, en 1920, trasladaron sus imágenes a la capilla del Sagrario.
Jesús de la Pasión.
La imagen de Jesús de la Pasión fue esculpida por Juan Martínez Montañés entre 1610 y 1615. Llevaron a cabo pequeñas reformas en la imagen Cesareo Ramos en 1841, Manuel Gutiérrez Reyes y Cano en el 1900 y Carlos González de Eiris en 1916. Fue restaurado por Francisco Peláez del Espino en 1974 y por los hermanos Cruz Solís en 1995.
Nuestro Padre Jesús de la Pasión es una talla completa en madera para vestir con los hombros y codos articulados para sujetar los brazos a la cruz. Presenta desbastados los brazos y el torso, mientras cabeza, antebrazos, manos, piernas y pies se encuentran perfectamente anatomizados.
Representa con realismo a un Cristo manso, bello y dulce que sufre llevando en sus espaldas el peso de nuestros pecados. Carga todo el peso sobre la pierna izquierda flexionada, mientras que el pie derecho semilevantado se apoya escasamente sobre la peana rocosa «arrancando a caminar» -extraordinario alarde técnico del escultor que logra alcanzar el equilibrio de la escultura a pesar de lo arriesgado de su postura.
La policromía original es atribuida a Francisco Pacheco, quien colaboraba habitualmente con él en aquella época.
Paso procesional.
El paso más antiguo del que se tiene noticia es uno soberbio de carey y plata que se perdió durante la ocupación francesa. En 1846, la hermandad adquirió un paso para Jesús de Pasión, con una peana de caoba y elementos dorados. En 1865 la hermandad obtuvo otro paso, de madera dorada, realizado por Juan Rossy, que fue adquirido en 1908 por la Hermandad de San Roque.
Nuestra Madre y Señora de la Merced.
La imagen de Nuestra Madre y Señora de la Merced fue realizada por Sebastián Santos Rojas en 1966. La anterior Virgen de la Merced, que había adquirido la Hermandad en 1842, se trasladó al convento de las Mercedarias.
Procesiona con el San Juan Evangelista, realizado en 1862 por Juan de Astorga.
Paso de Palio.
El paso de palio es de 1929. Es de estilo neogótico. El palio y el manto son de terciopelo azul con bordados en oro, fueron diseñados por Antonio Amian y Austria (Córdoba, 1842 – Sevilla, 1933) y bordados en el taller de Carmen Capmany.
Túnicas.
Tanto para el paso del Señor como para el de la Virgen, los nazarenos y penitentes llevan túnica de cola de ruan negro. El antifaz lleva el escudo bordado de la Virgen de la Merced. Esparto de 8 cm en la cintura y cíngulo de abacá.
A diferencia de las túnicas, los cirios son rojos en el cortejo de Jesús de Pasión y blancos en el de la Virgen de la Merced.
Acompañamiento musical.
Paso cristo: No lleva.
Paso palio: Sociedad Filarmónica de Ntra. Sra. de la Oliva de Salteras.
Iglesia del Salvador.
En esta zona debió de haber originalmente un edificio de la época romana.
Se hicieron obras para cambiar la orientación del templo, colocar un altar mayor, hacer una capilla para la Virgen de las Aguas y crear un coro capitular próximo al presbiterio. Debido al rango colegial de este templo, el coro llegó a contar con una sillería de madera, un facistol y un órgano. Entre 1512 y 1514 se realizó un nuevo coro. No obstante, el órgano seguía siendo antiguo por lo que en 1581 le encargaron uno a Jerónimo de León. A causa del fallecimiento de Jerónimo, el órgano debió ser concluido en 1589 por Diego de Sanforte. Entre mediados del siglo XVI y el siglo XIX este templo fue un importante centro de interpretación de música sacra.
En el siglo XVII el templo se encontraba muy deteriorado por el paso del tiempo y en 1671 se derribó para comenzar su reconstrucción.
En el campanario se distinguen tres zonas: la base se corresponde con el antiguo alminar, la parte intermedia fue realizada en el siglo XIV
En el siglo XIX la legislación en lo referente a la iglesia cambió y en 1852 este templo dejó de ser una colegiata para pasar a ser una parroquia. No obstante, ha mantenido el nombre de colegial.
En 2003 volvería a ser sometida a un profundo trabajo de restauración, dirigido por el arquitecto Fernando Mendoza Castells que finalizó a principios de 2008 devolviendo al templo parte de su esplendor. El rey Juan Carlos I y el arzobispo Carlos Amigo Vallejo, en compañía del alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín y el presidente de la Junta de Andalucía Manuel Chaves, reinauguraron el edificio el 22 de octubre de 2008.
Detrás del retablo mayor cuenta con un pequeño museo, donde se exponen pinturas (mayormente, de la escuela sevillana del siglo XVII) y otros objetos artísticos.