Hermandad de la Sed.

Historia.
Fue fundada por un grupo de feligreses de la parroquia de la Concepción con el párroco Manuel Calero. Sus reglas fueron aprobadas en 1969 por el cardenal Bueno Monreal.
En octubre de 1972 se fusionó con la hermandad sacramental de la parroquia: la Hermandad del Santísimo Sacramento de Caballeros Congregantes de la Inmaculada Concepción. Esta se había fundado en 1930.
Realizó su primera estación de penitencia con el paso Cristo en 1971, recorriendo su barrio, pasando por el hospital San Juan de Dios (a donde entra en su camino de ida en la actualidad) y por la cárcel de la Ranilla (actualmente cerrada). Los hermanos llevaban el antifaz negro sin capirote y túnica negra. En 1972 se incorporó a la procesión el paso con la Virgen de la Consolación.1
En 1978 aprobó sus nuevas reglas y en 1979 hizo su primera estación de penitencia hasta la catedral con los dos pasos.

Santísimo Cristo de la Sed.
Representa a Cristo crucificado pronunciado la quinta palabra: «Tengo sed». Fue tallado por el imaginero sevillano Luis Álvarez Duarte en el año 1970, cuando el autor solo tenía 20 años de edad. Es un crucificado con los pies cruzados y cuatro clavos. La cruz actual fue realizada por Manuel Caballero González y Ángel Rengel en el año 1994.
El paso de Cristo, dorado y de estilo neobarroco, fue realizado por Manuel Guzmán Bejarano en 1990.

Santa María de Consolación.
Santa María de Consolación Madre de la Iglesia es una imagen realizada por el insigne imaginero Antonio Dubé de Luque en el año 1969.
La imagen de la Virgen goza fama de ser una de las más bellas de todas las que procesionan en la Semana Santa sevillana. Destacan sus ojos, pintados sobre la misma madera de un profundo color azul.
El techo de palio fue diseñado por Dubé de Luque y realizado en el taller Sobrinos de Esperanza Elena Caro. Las actuales bambalinas fueron estrenadas en la Semana Santa de 2012 y responden a un diseño de Rafael Rodríguez Guerra y David Calleja, siendo ejecutadas en oro fino por el taller de bordados de Charo Bernardino. Estas nuevas bambalinas vienen a sustituir a las anteriores, realizadas en aplicación entre los años 1983 a 1985 por Ignacio Escobar.

Túnicas.
Sotana en color negro ceñida con un cíngulo de seda blanco en el lado izquierdo. El antifaz, que reposa sobre un capirote, es también de color negro, con el escudo de la orden de San Juan de Dios a la altura del pecho. La capa, de color blanco, presenta el escudo de la hermandad bordado sobre el hombro izquierdo.
Los hermanos que portan cruces penitenciales prescinden de la capa y de capirote. Además, en lugar del cíngulo blanco llevan anudada a la cintura una soga de esparto.
Acompañamiento musical.
Cruz de guía: Banda de Cornetas y Tambores de Jesús Nazareno de Sevilla
Paso cristo: Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Rosario Coronada, de Cádiz
Paso Palio: Banda de Música Nuestra Señora de la Oliva (Salteras, Sevilla) y Banda de Música Municipal de Mairena del Alcor en el recorrido de vuelta.

Iglesia de la Concepción Inmaculada.
Esta iglesia es la sede actual de la citada Hermandad de La Sed, que hace estación de penitencia hasta la santa iglesia catedral en la tarde-noche de la Semana Santa sevillana.
El marqués del Nervión, en el año 1911, donó los terrenos del llamado Cortijo Maestrescuela, de su propiedad, para que se llevara a cabo la construcción de la nueva cárcel de Ranilla y el Matadero Municipal.
por aquél entonces, el célebre arquitecto Aníbal González estudió estos terrenos y ofreció un trazado inicial para construir en ellos un nuevo barrio. Aquél proyecto contemplaba la creación de una gran iglesia de cruz latina con dos torres en su fachada, que presidiría la gran plaza central. Pero del proyecto se ejecutó solo la mitad, que es lo que hoy constituye la barriada de Ciudad Jardín, la cual, inicialmente, sirvió de residencia a trabajadores y turistas venidos a la ciudad con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929.
El entonces arzobispo de la diócesis, Cardenal Ilundain, viendo el crecimiento del barrio y que el número de vecinos iba aumentando, se volcó con este proyecto y planificó la creación en él de una parroquia. Se compró un solar a la Inmobiliaria Nervión y se encargó el proyecto al arquitecto municipal Antonio Arévalo, que se inspiró en la nave central de la basílica de San Pedro.